Soñando despierta en Oia – Santorini desde el Perivolas Hotel

Oia, allí dejé mi corazón, fue amor a primera vista… Desde que los bloggers de viaje empezaron a inundar las redes sociales con esas hermosas fotos llenas de blanco y azul, Oia, en Santorini, ha estado en mi “bucket list”.

Santorini

Sin embargo, no fue hasta que vi aquella foto de una piscina infinita con vistas a la caldera que me propuse que sería allí, justo en ese hotel, en donde pasaría mis vacaciones. Gracias a una invitación, el Perivolas Hotel hizo mi sueño realidad.

Piscina Perivolas, Oia
Foto: Perivolas Hotel

Aquellas imágenes de tarjeta postal que todos hemos visto en algún momento, esas fotos de cielos azules, atardeceres que parecen sacados de algún filtro de edición fotográfica, ese mar azul profundo que contrasta con lo blanco de sus calles y turqueza de sus cúpulas, Santorini es simple perfeccción.

Santorini

Una vez nuestro chofer nos condujo hasta la entrada del hotel, tuvimos que dejar de contar las ocasiones en los que mientras la chica que nos recibió intentaba darnos el recorrido por las instalaciones, yo quedaba paralizada… ¡Pero es que cada vista era más impresionante que la anterior!

Mientras caminas hacia tu habitación pasarás frente a una de las piscinas más impresionantes del mundo (la que me enamoró desde que vi la foto de la que les conté al inicio), y de su afamado restaurante, que ofrece algunos de los platos de comida griega más deliciosos que hayamos probado en la vida (el queso feta y los tomates cherry nunca habían tenido un sabor tan delicioso!).

Piscina Perivolas

No es de sorprenderse en lo más mínimo que con sus impresionantes vistas e impecable atención, el Perivolas Hotel haya recibido año tras año nominaciones como el mejor hotel de lujo de Santorini, y nosotros no podemos estar más de acuerdo.

Piscina Perivolas

La sorpresa más grande la recibimos al llegar a nuestra habitación ¡resulta que teníamos una piscina privada!, obviamente demoré unos 10 minutos en reaccionar luego de darme cuenta de la vista con la que amanecería todas las mañanas.

Oia, Santorini

Llevaba meses obsesionada con ver fotos de Santorini, pero nada se compara con llegar y personalmente subir y bajar esas estrechas escaleras y sentir el viento de Oia mientras vas entrando al hotel.

Entrada al Perivolas

Ver un atardecer desde este hotel es una experiencia que ojalá la vida permitiera a cada uno de nosotros vivir al menos una vez. Ver el cielo pintarse un día de rosa pastel y al día siguiente de tonos rojos naranjas, destilan un sentimiento de calma muy difícil de recrear en ningún otro lugar.

Eduardo - La Maleta de Mano

En serio creo que me estoy quedando corta tratando de describir esta experiencia. Simplemente este es un caso en el que la realidad supera la ficción. Sus habitaciones y villas son un impecable mix de lujo y simplicidad combinados en cuevas de más de 300 años, que una vez fueron las casas de pescadores y granjeros. Lo blanco de sus paredes y altura de sus techos eran impresionantes.

Habitación Perivolas
Habitación Perivolas

Flores frescas te esperan en cada rincón de la habitación. Cada detalle ha sido cuidado y perfectamente planeado para complementar la experiencia.

Habitación Perivolas

Si has sido víctima de los desayunos con tostadas y mermelada que generalmente ofrecen los hoteles alrededor del mundo, te enamorarás del hecho que el desayuno en Perívolas sea una deliciosa mezcla de ingredientes frescos y cocina tradicional griega, que además cuenta con una carta que incluye distintos platos que puedes solicitar al momento.

Desayuno Perivolas
Desayuno Perivolas
Desayuno Perivolas
vista desde la habitación del Perivolas
Piscina Perivolas

Como hay tan pocas habitaciones el servicio es impecable, y son muy pocas las veces en las que te encuentras con algún otro huésped mientras utilizas algunas de las instalaciones «públicas» del hotel (gimnasio, sauna, spa, jacuzzi, baño turco, restaurante, piscina principal). En realidad es la experiencia de espacios públicos más privada que he tenido en mi vida.

Viendo las fotos y recordando la experiencia, lo único que quiero es que esta oportunidad se vuelva a repetir muy pronto…

Brindando en la piscina